Librería Relieve


Miguel Hernández  observa desde un estante
como vas acariciando las esquinas de las tapas duras
como apartas las motas de polvo de las blandas.

Te persigue con su mirada hambrienta
desde sus ojos redondos,
y tú le sientes a tu espalda.

Respiras profundamente en busca de su aliento
y Pepe, el librero, te ofrece uno de ellos.




2 comentarios:

Miguel Segura dijo...

Bien bonitas florecen tus palabras. Son los molinillos de colores amarillas, las que arrastra el viento y un breve soplido, que susurra me lleva hasta la mirada del poeta. De la huerta, al parque, jardín de libros y de árboles naturales, donde cantan libres las aves que acompañan las mañanas. Esa cubierta, arrancada, parece liberarse del peso de la palabras y busca sola compañía. No en vano, del suelo entre otras, fue a parar a ese altar. Hernández, es uno de sus consuelos. Su preferido entre tanta poesía.

NubOsidad VaRiable dijo...

Miguel que grata sorpresa!
No conocía el resto de tu espectacular obra artística.
Gracias por quedarte un rato.
Saludos